Por Juan Francisco de la Rosa
Jurista
Tanto atropello solo puede darse cuando un país ha perdido el decoro en su clase gobernante, después de haber claudicado ante el capital extranjero vendiendo a precio de ‘’ vaca muerta ’’ un renglón tan esencial como el energético, para luego tener que soportar tantos apagones muchas veces planificados, sin tomar en cuenta la ciudadanía.
El mayor responsable de este fracaso que ahora padecemos con el colapso total de la generación de energía eléctrica en nuestro país, es el presidente Leonel Fernández Reyna, ya que fue en su primera gestión cuando se creo la estructura jurídica que nos ha doblegado frente a los usureros internacionales, quienes han dicho estar perdiendo dinero en este negocio, pero no se animan a dejar voluntariamente la plaza, para nosotros buscar mejores ofertas.
Resulta vergonzoso presenciar la muerte de dominicanos protestando porque el país ha sido paralizado por falta de luz. Cuando naciones de menor desarrollo que nosotros han resuelto algo tan elemental como tomar agua fría a cualquier hora. Sin embargo lo más preocupante de todo este presente adverso es que el mandatario, no tiene en su agenda resolver ya los tediosos apagones, pues en medio de esta crisis se observa la obediencia del ejecutivo frente a los intereses foráneos, quienes se exceden cobrando el precario servicio que ofrecen sin control alguno, en perjuicio de la población.
El desorden imperante aquí es suficiente para que un presidente respetuoso de sus gobernados, haya motivado la revocación de los contratos que dan derechos a las Distribuidoras Eléctricas, porque esta concesión ha sido la peor desgracia de este atribulado pueblo. En ocasiones privado hasta de dormir tranquilo, sofocado por el calor, mosquitos y temeroso de una delincuencia cada vez mayor, aunque desde palacio se habla mucho, pero la realidad nos dice que los resultados están por debajo de los recursos invertidos tratando de lograr la paz anhelada.
Es necesario luchar ahora para que el gobierno salga de los contratos lesivos al interés nacional, pues desde la primera oportunidad fuimos engañados cediendo al ‘’capitalismo salvaje” una parte vital del patrimonio dominicano.
Evitemos que el presidente Fernández vuelva a iniciar otra aventura suya sin que haya definido con claridad, cual será el futuro inmediato del sector energético. Ya hemos oído hablar de otro metro con una inversión superior al que tanto ayudo a Leonel Fernández, en su último “triunfo” electoral.
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