La dictadura mediática internacional encabezada por el poder des-informador, manipulador y calumniador de los EEUU, ha desatado una persistente campaña contra la Revolución Cubana que nos convoca a reforzar a escala continental y mundial la línea de defensa de esa valiosa conquista de nuestros pueblos.
Cuba no está sola. Su dignidad y su decoro la hacen acreedora de una extraordinaria y merecida simpatía y solidaridad.
Acosada por ser pionera de la segunda independencia de nuestra América y firme avanzada de los anhelos de emancipación de los pueblos oprimidos latino-caribeños, la revolución cubana ha sobrevivido al cerco, al bloqueo y a las persistentes agresiones imperialistas.
Esta vez no será una excepción. Y no lo será por más empeño que ponga el nuevo presidente de ese imperio, premiado a nombre de la paz para hacer la guerra con todos los medios a su alcance y contra todas las naciones y pueblos que no se le subordinen.
Esta pérfida campaña se inscribe dentro del contraataque de EEUU y sus aliados a la oleada transformadora que desde finales del siglo XX y en lo que va del siglo XXI tiene lugar en esta región convulsionada por el impacto desgarrador del neoliberalismo, la voracidad de sus oligarquías y el persistente saqueo de las corporaciones transnacionales.
Es parte del intento de revertir los recientes avances y conquistas que pudieron ser realidad a partir de la firmeza con que la revolución cubana enfrentó la ola conservadora de las últimas décadas del pasado siglo.
Es fruto de un odio visceral de un imperio decadente y militarizado, incapaz de admitir las causas profundas de sus fracasos en los pasados intentos de subversión de esa heroica revolución con fines de recolonización.
Hechos fabricados al interior de Cuba y financiamientos canalizados desde la Oficina de Intereses de los EEUU en La Habana, confluyen con la intensa labor de desinformación y descrédito montada en el exterior en procura de una re-actualización del estigma anti-cubano y de un nuevo intento de aislamiento internacional de la primera revolución de orientación socialista en el Hemisferio Occidental.
Hechos fabricados por la CIA y campaña mendaz orquestada desde poderosos gobiernos, Estados y empresas de comunicación carentes de autoridad política y moral para hacerse creíble en vista de su largo prontuario de mentiras, crímenes, torturas, intervenciones, guerras, terrorismo, acciones dictatoriales, represión y negación de las libertades individuales y colectivas de sus conciudadanos, de sus propios pueblos y de otros pueblo del mundo.
Ni EEUU, ni la Unión Europea, ni los regimenes de derecha de nuestra América y el mundo, pueden dar clase o erigirse en jueces en materia de derechos humanos. Su historia de crueldades, su vocación por la explotación y el saqueo, su capitalismo empapado de lodo y sangre, no dejan dudas sobre su proverbial hipocresía.
El MCB no es sujeto del chantaje que implica la guerra mediática contra la Cuba de Martí y de Fidel. Estamos situados en la acera del frente de sus propósitos esenciales, dispuestos/as a contribuir a derrotarla
Estamos exhortando a todos nuestros capítulos en América, Europa y Australia a salirle al paso con energía a esa campaña y a profundizar la lucha por la defensa de la revolución Cubana, apostando siempre a su promisoria capacidad para superar escollos y limitaciones, para recrearse y renovarse constantemente.
Estamos llamando a la movilización de nuestros pueblos, de sus trabajadores y trabajadoras del campo y la ciudad, de sus jóvenes, de sus pueblos originarios, de sus mujeres, de sus intelectuales… a emplear a fondo su talento, energías y creatividad para defender a Cuba y frustrar las perversas intenciones de está cruzada al servicio de la contrarrevolución con sede en Miami y en Washington.
Un profundo sentido de justicia nos motiva.
¡En Bolívar, Martí y el Che nos encontramos todos y todas!
¡Hasta la victoria siempre!
Carlos Casanueva Troncoso
Secretario General
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