La Campaña Dominicana de Solidaridad con Cuba recién cumplió 17 años y, por el grado de intensidad, consistencia y madurez con que ha asumido desde su creación, ese sentimiento tan profundamente humano que une a los pueblos que es la solidaridad, hace tiempo que es adulta.
Transcurrido poco más de un año del derrumbe de la URSS y aliados de la Europa del Este, en esa situación, Cuba, cuyas relaciones con el sistema socialista eran de carácter vital, se vio afectada en todos los órdenes. Para el inicio de la década del noventa fue necesario adoptar el llamado “período especial,” medidas de ajustes, de ahorro y constreñimiento que significaron un prolongado proceso de penurias y limitaciones que pareció interminable para el pueblo cubano.
Al calor del proceso revolucionario cubano, el primero de enero de 1959, el cambio estructural y profundo en la sociedad cubana se consolidaba y junto a ello se ampliaban y fortalecían las relaciones entre la Antilla Mayor y las naciones y pueblos de todo el planeta. La República Dominicana, que ya había cultivado con creces la solidaridad y la lucha recíproca con Cuba, desde Hatuey, Máximo Gómez, Cayo Confites, junio del 59 y con Caamaño del 1967-1973, no faltaría al llamado para el fortalecimiento de las relaciones con el pueblo cubano y su revolución triunfante.
Un grupo de personalidades entre los cuales participaban intelectuales, profesionales, escritores, poetas, sindicalistas, trabajadores y estudiantes, conformó en la década del 70 el “Comité Dominicano Amigos de Cuba”. Dicho comité contó en sus filas, entre otros, con los poetas Abelardo Vicioso y Don Pedro Mir.
La solidaridad se mantuvo firme y fluida durante toda la década del setenta y parte de los ochenta. Sin embargo, a finales de ese período menguó sensiblemente el trabajo organizado de la solidaridad, con un alto nivel de dispersión. Esto ocurría precisamente cuando Cuba más necesitaba de la solidaridad y del apoyo.
La actividad de solidaridad con Cuba en nuestro país, a pesar del relevante y meritorio trabajo realizado por los antecesores del Comité de Amigos, tenía que ser reactivada y consolidada, rescatándola del estado de dispersión en que se encontraba y funcionando con algunos comités aislados y un órgano de dirección en Santo Domingo prácticamente desmantelado, donde sólo se reunían a veces algunas personas sin capacidad para emprender acciones programadas y sistemáticas.
De este modo surge la idea de nuclear en un solo órgano, con carácter y cobertura nacional, unos mismos principios y un solo programa, a la solidaridad dominicana con Cuba. El propósito se concretó el 14 de junio de 1990, día de gloria para dominicanos y cubanos por la feliz coincidencia de acontecimientos comunes a ambos pueblos como son: El aniversario de los nacimientos del Ché Guevara y de Antonio Maceo, junto a la fecha memorable de los dominicanos de la expedición de 1959 contra la tiranía Trujillista.
¿Por qué la denominación de Campaña para designar la solidaridad?
Porque implica acción; es sinónimo de acción sistemática; expresa actividad colectiva para alcanzar objetivos; obedece a una acción consciente y dirigida en la perspectiva de consolidar y fortalecer los lazos históricos de hermandad, amistad y solidaridad que unen a dominicanos y cubanos, como pueblos, como naciones, como culturas y como ciudadanos amantes de la libertad, el progreso, de nuestros espacios, de nuestras islas…
Tan pronto se hicieron sentir en el seno del pueblo cubano el conjunto de medidas del período especial, la solidaridad con Cuba a través de La Campaña, incorporó a su plan de trabajo de cada año el programa de solidaridad material, actividad que consistió en la recolección medicamentos, útiles escolares y leche para ser aportados al pueblo cubano. Aunque dicho programa de apoyo material no fuera cuantioso, constituyó un símbolo de la disposición humilde del pueblo dominicano de apoyar a Cuba en esos momentos de dificultad, una actividad que mantuvimos por más de una década hasta que se consideró innecesario realizarla.
Lo más trascendente en el trabajo solidario son las acciones desarrolladas por la solidaridad dominicana en el plano ideológico y político, en la defensa del proceso revolucionario cubano; la difusión de las ideas del socialismo y de la cultura cubana y sobre todo, de los logros alcanzados en estos años de revolución.
La Campaña organiza cada, año desde 1991, la Brigada Máximo Gómez de Solidaridad con Cuba, cuya edición más reciente (la No. 17) se llevará a cabo del 29 de julio al 12 de agosto del presente año, y donde dominicanos y latinoamericanos compartimos con familias cubanas, trabajo, cultura, diversión solidaria y sobre todo amistad y hermandad por más de dos semanas. De igual manera, la Campaña ha participado en estos años de su existencia, en los cuatro encuentros latinoamericanos de solidaridad con Cuba que se han realizado en la isla desde 1991 y se prepara para participar en el Quinto Encuentro que tendrá lugar en octubre próximo en Quito, Ecuador.
Igualmente en el año 2000, participamos de manera masiva con una delegación de más de ochenta delegados y delegadas, en el Primer Encuentro Mundial de Solidaridad con Cuba, evento que agrupó a los solidarios y las solidarias de los cinco continentes del planeta y donde tuvimos una destacada participación con ponencias en cada una de las comisiones de trabajo del evento.
En el plano interno, la Campaña ha dicho presente en el trabajo solidario a todo lo largo y ancho de del país. La estructura organizativa y funcional de la solidaridad, cuenta con una coordinación nacional electa por dos años y de comisiones nacionales de trabajo; cuenta con más de 25 comités localizados en todas las regiones del país. La operatividad se genera a partir de asambleas regionales y locales y dos asambleas anuales, la última de cada año destinada a la evaluación de las actividades realizadas y la aprobación del plan de trabajo del año siguiente.
Jornadas conmemorativas de las principales fechas patrióticas cubanas y dominicanas; acciones contra el bloqueo; por la libertad de los cinco patriotas prisioneros del imperio; en la defensa de los derechos humanos; por la difusión de la cultura y la defensa de los logros alcanzados por la revolución, son parte esencial de nuestra agenda permanente. Y asumimos con vehemencia la campaña por el retorno del niño Elián González.
Ya es tradición celebrar (1) la firma del Manifiesto de Monte Cristi, (2) el natalicio del apóstol Martí junto con la de Juan Pablo Duarte, (3) el 26 de julio del histórico asalto al Cuartel Moncada; (4) la caída en combate del guerrillero heroico el 8 de octubre y (5) el 10 de octubre como Día Internacional de Solidaridad con Cuba, entre otras.
La adultez de la Campaña es adulta refiere (1) su vigencia cotidiana en la solidaridad, (2) su permanencia como esfuerzo colectivo consciente de sus integrantes, (3) al compromiso que significa para cada uno de nosotros y nosotras la solidaridad con un pueblo como el cubano, con su revolución y con su liderazgo que es expresión y símbolo de dignidad, respeto y decoro en el mundo.
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